LA CAJA DE RITMOS MÁS BESTIA







La música electrónica es grande.



Pero grande de verdad, vamos, de tamaño enorme. Al menos si nos centramos en lo que consiguieron la otr anoche los chicos de Propellerheads, que lograron que la caja de ritmos con la que generaban la música tuviese el tamaño de un edificio. Eso es algo grande, muy grande.
Solo tienes que tomar a un par de músicos electrónicos de renombre mundial, ponerles en el suelo una mezcla entre los tapetes de los videojuegos de baile y el piano de Tom Hanks en “Big” (ya dijimos que la cosa era GRANDE), y conectarlo todo a un proyector.
Te fijas en un edificio cercano, uno que sea… sí, lo has pillado al vuelo, uno grande. Y pones a los dos músicos a bailotear mientras la fachada del edificio se convierte en una caja de ritmos de varios pisos de altura y todo el barrio puede bailotear frenéticamente al ritmo sincopado que marcan los muchachos, lo cual para los fríos habitantes de Estocolmo, la ciudad donde ha tenido lugar este evento arquitectónico-musical, ya es mucha marcha. ─ Antonio Rentero
Fuente: Gizmodo.es